martes, 4 de junio de 2013

El ácido maslínico, contenido en la piel de las aceitunas, tiene propiedades nutricionales, metabólicas y antitumorales.


Prueba de que el aprovechamiento de los subproductos del olivo, de las industrias de  fabricación de aceitunas y de producción de aceite de oliva, puede tener aplicaciones muy interesantes, es que algunas empresas españolas, pioneras en Biotecnología, como Biomasline S.L. están utilizando  sustancias  contenidas en dichos subproductos para la extracción industrial de  derivados con amplias expectativas para el desarrollo nutricional y la alimentación de animales (acuicultura), e incluso en el metabolismo humano utilizado como aditivo alimentario para dietas utilizadas en nutrición clínica asociada a determinadas patologías.

Se trata del ácido Maslínico, (2-alfa, 3-betadihidroxi-28-carboxiolean-12-eno),  producto estimulador de enzimas productoras de NADPH del crecimiento del hígado, músculo liso y sus respectivas proteínas tisulares, del recambio proteico, del crecimiento corporal y del ordenamiento, compactación y desarrollo de los gránulos de glucógeno y el retículo endoplasmático rugoso en células hepáticas.

Los terpenos son componentes que están presentes en un amplio rango de plantas que se utilizan en la medicina tradicional y que se sabe tienen propiedades antitumorales. El ácido maslínico se encuentra en bajas concentraciones en estas plantas medicinales pero su concentración en la cera de la piel de las aceitunas podría ser hasta del 80%.

Tras la realización de estudios específicos, al ácido maslínico se le atribuye un efecto preventivo en enfermedades relacionadas con el síndrome metabólico, tales como diabetes y obesidad. También cumple un importante papel en la prevención de enfermedades inflamatorias a nivel intestinal, además de prevenir la aparición de pólipos y cáncer colon.
 

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