El
bisfenol-A se usa en la industria de los plásticos para darles resistencia y
flexibilidad. Está presente en el plástico policarbonato con la que se fabrican
las botellas o las resinas que se usan para recubrir el interior de las latas
de comidas y bebidas.
Este BPA se viene considerando tóxico y dañino para la salud desde hace años y especialmente
para sectores de la población que son más sensibles como lactantes y niños
pequeños. Los niños de entre tres y 10 años son los más expuestos al bisfenol A
por medio de la dieta, debido a que su consumo de alimentos en relación a su
peso corporal es superior al que se da en otras edades.
El BPA
entra en el organismo por contacto, y pertenece a la familia de los llamados
disruptores endocrinos. Es decir que altera el funcionamiento normal de las
hormonas, lo que afecta a la reproducción y procesos relacionados, como la
obesidad, el metabolismo, o la tiroides; además, es inductor de diabetes y puede producir cáncer de mama o de próstata,
problemas cardiovasculares, alteraciones en el desarrollo neurológico y
cerebral y trastornos del comportamiento.
Los
últimos datos que ha ofrecido la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria(EFSA) indican que la exposición de los europeos al bisfenol se ha reducido
drásticamente desde 2006. Entonces se calculaba que los niños hasta los tres
meses estaban sometidos a 4.000 nanogramos por kilo de peso al día, pero la
prohibición del uso de esta sustancia en plásticos de biberones y chupetes ha
rebajado esta cifra hasta los 135. En adultos, se ha pasado de 1.500 a 132,
tomadas las mismas unidades. En cualquier caso, ambas cantidades están por
debajo del 1% del máximo que la EFSA calculó que era seguro en 2006.
No
obstante, la Unión Europea, EU, decide iniciar un nuevo procedimiento después
de que varias agencias alimentarias de países miembros, informaran sobre la
necesidad de eliminar este componente químico, especialmente de los materiales
que están en contacto con los alimentos, como pueden ser los revestimientos de
las latas de conserva, bebidas y plásticos reciclables.
La AESA
matiza que hacen falta más datos, en particular sobre la absorción de esa
sustancia a través de la piel para estimar la dosis de exposición precisa.
Al
margen de los niveles que se detecten en las personas, organizaciones como la
Fundación Vivo Sano son partidarias de una prohibición total de estos
compuestos. La causa es que las propiedades industriales que aportan se pueden
conseguir por otros métodos –esa es la base de la iniciativa Reach de la UE,
que pide que se evalúen todos los compuestos químicos potencialmente peligrosos
y se sustituyan por otros-, y que, aunque los niveles de una de ellas sean
bajos, lo mejor es que la exposición sea cero. Sobre todo porque, como ha
puesto de manifiesto un informe de la OMS de este año, hay más de 800
sustancias de este tipo que se están investigando, y sus efectos se acumulan.
foto: wikipedia.org |
De hecho,
países como Francia que ya habían prohibido su uso a partir de 2015, ha dado un
paso más adelantando la prohibición al presente año 2013
El Gobierno
francés ha decidido finalmente, prohibir la utilización
de componentes plásticos con Bisfenol A, a partir de 2013 en todos los envases
de alimentación destinados a niños, y en el 2014, todos los recipientes de
bebidas y alimentos.
La
decisión fue anunciada en la clausura de la Conferencia Medioambiental
celebrada hace unos dias en Francia. Esta decisión reviste importancia sobre
todo para España que es uno de los mayores productores mundiales de Bisfenol A
en la planta que montó General Electric Plastics en Cartagena, negocio vendido
en 2007 a Sabic, el gigante petroquímico de Arabia Saudí.
El
lobby químico, el agroalimentario y el del sector de embalaje se han puesto en
guardia desde hace años alegando que no hace daño y que hoy por hoy resulta
insustituible. La sustitución del bisfenol en Francia deberá producirse siempre
por un material cuya inocuidad esté demostrada.
Actualmente
conforman el lobby, Bayer, Dow Europa, Styron, Momentive, y los grupos
englobados en Plastics Europe, que trabajan con Policarbonatos y Epoxi
Resinas, productos en relación directa
con el bisfenol A.
Como
consecuencia de esta prohibición, los fabricantes de alimentos (entre ellos los fabricantes de aceitunas) y bebidas que exporten sus productos a Francia han de tener constancia
por escrito de que los envases que se utilizan
ya sean plásticos como metálicos barnizados con resinas epoxi, pueden
cumplir con dicho requerimiento en cuanto al BPA
Otras fuentes de la noticia: www.elpais.com y www.elmundo.com
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