La industria de aceitunas en Sudáfrica, es
relativamente joven, en comparación con los países mediterráneos, donde los
olivos se han cultivado durante siglos.
Los primeros olivos cultivados fueron plantados
por Jan van Riebeeck en su granja Boschenheuvel en ciudad del cabo, en 1661
pero cayo en el abandono otros 200 años hasta principios del siglo XX. En 1907,
un granjero de Paarl recibió la primera medalla de oro por su aceite de oliva
en la Feria de Londres.
La industria de aceite de oliva empezó a
desarrollarse bajo la guía del inmigrante italiano, Fernando Costa a partir de
diferentes cultivares importados. Desde entonces la industria ha crecido
enormemente, y hoy hay más de 300 olivareros y productores en el país.
Algunos de los productores de aceite de oliva del
africano del sur han recibido varios premios internacionales y son comparados
muy favorablemente con el resto de los productores internacionales.
El cabo occidental es una de las zonas más
populares en Sudáfrica para el cultivo de los olivos, debido al clima que es
muy similar a los países del Mediterráneo. El cultivo en el país está creciendo
a un ritmo de mínimo del 20% anual, convirtiéndose en uno de los subsectores de
mayor crecimiento en la agricultura sudafricana.
El consumo de aceite de oliva en Sudáfrica ha
aumentado enormemente en los últimos años. La mayor parte del aceite de oliva
es importado, aunque las hectáreas en producción de aceite de oliva local aumentaron
aproximadamente un 140% desde 2004.
Tradicionalmente, el productor sudafricano se
concentró en plantaciones de aceitunas de mesa, pero esta situación en los
últimos años ha cambiado en beneficio del aceite de oliva.
Las variedades de aceitunas de mesa más extendidas en Sudáfrica son: Mision,
Noccellara, Manzanilla, Barouni y Kalamata ("SA Olives Industry Association")
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