Foto: El Diario de Sevilla |
Uno de los productos más representativos de Sevilla, la aceituna de mesa, afronta una situación de asfixia que condena a la desaparición de un creciente número de explotaciones. Sevilla, con 250.000 toneladas, es la primera provincia productora, al concentrar alrededor del 60% de la producción nacional y el 75% en el ámbito andaluz. Los bajos precios impuestos al agricultor por el mercado y el descenso en el consumo "obligan a que cada día uno o dos agricultores se vean obligados a echar el cierre", según declaraciones de algunos de los representantes las organizaciones agrarias.
Para reivindicar este cultivo emblemático en la provincia de Sevilla, la organización agraria repartió ayer 5.000 kilos de aceitunas en Sevilla para lanzar un SOS a la Consejería de Agricultura y llamar la atención de los industriales y distribuidores ante el futuro incierto. En la cadena de comercialización de este producto, el primer eslabón, el agricultor, es el más débil: por cada kilo de aceituna que produce pierde de media 20 céntimos, mientras que el industrial, que procesa el producto, gana 20 céntimos; y el distribuidor, que son las grandes superficies, gana otros 27.
"Los precios son muy bajos, incluso más bajos que hace 15 años, y sin embargo el coste de producción se ha encarecido en este periodo hasta un 70%", comentó José Vázquez, técnico en Asaja especializado en este cultivo. La organización agraria advierte además de la destrucción de empleo: este sector supone un millón y medio de jornales en la provincia al año y emplea a 45.000 personas. En el ámbito estatal, en la última década 6.500 olivareros de verdeo han tenido que abandonar el sector.
Junto a los bajos precios impuestos a los agricultores, la disminución del consumo también afecta de manera muy negativa a los olivares de verdeo, tanto en los restaurantes que han visto disminuir el número de clientes; como los hogares, ya que las familias están dejando de incluir este producto en la cesta de la compra debido, entre otras causas, a la crisis.
Incentivar el consumo, reclamar a la Consejería de Agricultura un plan de reestructuración del sector y exigir mecanismos para regular los precios son varias de las reivindicaciones de este sector, que ya acumula varios años de crisis. En estos momentos, el agricultor gana alrededor de 0,42 euros el kilo de aceitunas, mientras que el coste para el consumidor se multiplica hasta por 15.
Para reivindicar este cultivo emblemático en la provincia de Sevilla, la organización agraria repartió ayer 5.000 kilos de aceitunas en Sevilla para lanzar un SOS a la Consejería de Agricultura y llamar la atención de los industriales y distribuidores ante el futuro incierto. En la cadena de comercialización de este producto, el primer eslabón, el agricultor, es el más débil: por cada kilo de aceituna que produce pierde de media 20 céntimos, mientras que el industrial, que procesa el producto, gana 20 céntimos; y el distribuidor, que son las grandes superficies, gana otros 27.
"Los precios son muy bajos, incluso más bajos que hace 15 años, y sin embargo el coste de producción se ha encarecido en este periodo hasta un 70%", comentó José Vázquez, técnico en Asaja especializado en este cultivo. La organización agraria advierte además de la destrucción de empleo: este sector supone un millón y medio de jornales en la provincia al año y emplea a 45.000 personas. En el ámbito estatal, en la última década 6.500 olivareros de verdeo han tenido que abandonar el sector.
Junto a los bajos precios impuestos a los agricultores, la disminución del consumo también afecta de manera muy negativa a los olivares de verdeo, tanto en los restaurantes que han visto disminuir el número de clientes; como los hogares, ya que las familias están dejando de incluir este producto en la cesta de la compra debido, entre otras causas, a la crisis.
Incentivar el consumo, reclamar a la Consejería de Agricultura un plan de reestructuración del sector y exigir mecanismos para regular los precios son varias de las reivindicaciones de este sector, que ya acumula varios años de crisis. En estos momentos, el agricultor gana alrededor de 0,42 euros el kilo de aceitunas, mientras que el coste para el consumidor se multiplica hasta por 15.
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