Un
consorcio compuesto por 18 investigadores de las universidades de Málaga y
Córdoba, del Instituto de la Grasa, el Ifapa y dos empresas privadas ha
secuenciado el 80% de los genes del olivo que están relacionados con el tamaño
del árbol, su entrada en producción y la maduración de la aceituna. Este
trabajo, desarrollado durante los últimos tres años, es el más amplio que se ha
realizado hasta ahora y ha colocado al equipo a la vanguardia mundial en el
conocimiento genético del olivo.
El
trabajo publicado en la revista científica DNA Research, se ha realizado sobre
las variedades picual (la más extendida en Andalucía, caracterizada por un
árbol grande de copa ancha), arbequina (más precoz en la producción pero
delicada frente a la oxidación) y lechín de Sevilla (más frecuente en el oeste
de Andalucía) y con diferentes tejidos elegidos en momentos diferentes del
desarrollo tanto del árbol como de la aceituna. Con esa información se han
generado un chip de ADN, una herramienta de laboratorio que une a una
superficie una gran cantidad de puntos de ADN para medir el nivel de expresión
de los diferentes genes.
La
investigación realizada durante estos tres años servirá a partir de ahora para
identificar los genes que participan en cada momento, ya sea en las
características del árbol, en su producción o en el tipo de aceite que producen
sus aceitunas y, a partir de ahí, poder utilizar ese conocimiento en la selección
de variedades. Esa sería una fórmula, por ejemplo, para conseguir árboles
pequeños que se adapten bien al cultivo superintensivo y eviten los problemas
que presenta la variedad arbequina: aunque es más pequeña que otras variedades
y entra pronto en producción, el árbol llega a alcanzar hasta tres o cuatro
metros de altura lo que dispara los costes de la poda y altera la producción.
Está en estudio una variedad de olivo nueva desarrollada
por la Universidad de Córdoba a partir del cruce del olivo picual con el
arbequino que ha derivado en árboles mucho más pequeños y, por tanto, más
apropiados para su cultivo en seto.
Además,
los expertos del Instituto de la Grasa, centro del CSIC ubicado en Sevilla, tratan
de identificar los genes asociados a las diferentes características
organolépticas del aceite, mientras que el grupo de la Universidad de Córdoba
orientará la investigación hacia los genes que determinan que un olivo comience
antes o después a producir aceitunas.
La
investigación es la espina dorsal del proyecto Oleagen que llegó a integrar a
50 científicos involucrados en el descubrimiento de los secretos genéticos del
olivo relacionados precisamente con la entrada en producción, la calidad del
aceite y las características del árbol.
La
fundación Genoma España nació en 2002 con la intención de convertirse en el
motor de la investigación y la transferencia biotecnológica. Llegó a destinar
tres millones de euros a este proyecto, en el que han participado tanto
entidades públicas como empresas privadas. Sin embargo, en marzo de 2012 el
Gobierno decidió integrar Genoma España dentro de la Fundación Española para la
Ciencia y la Tecnología (Fecyt), aunque algunas de sus funciones las ha asumido
el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI).
Estamos a un paso de la selección genética!!!
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