Olivos de la zona de Aydin en Turquía |
Descubrieron que con una presión moderada se obtenía un líquido cuyas propiedades encontraron muy beneficiosas, tales como la de arder fácilmente, proporcionando iluminación en sus rudimentarias lámparas y servir por su untuosidad como protector de la piel contra agentes externos. Además de tener un sabor muy agradable.
Estas primeras civilizaciones, consideraron el olivo como
un regalo de los dioses y así comenzaron con su labor de selección y domesticación del mismo, que en cada zona dio
origen a las diferentes variedades que actualmente se distribuyen por todos los
países mediterráneos.
Parece ser que el olivo mediterráneo ancestral derivaría
de un híbrido africano anterior y de otra especie aun desconocida.
Para más información podéis visitar el Museo dell´olivo,
que se encuentra en Italia, cerca de Imperia, y de la costa ligur (zona de gran
tradición olivícola).
El museo es un recorrido a través de siglos de historia del olivo y sus productos, con los instrumentos de la arqueología, y pasado por la industria y el comercio, en
fin, la actividad humana básica de los pueblos mediterráneos (cuya dieta saludable aún
nos sigue distinguiendo).
Sería una visita que me gustaría
proponer y realizar, para mis amigos de SEDAP, armonizando dos de mis tareas favoritas: la
profesional dedicada a las aceitunas de mesa y la cultural inclinada a la
Arqueología y el Patrimonio.
Es apasionante considerar que de una uniformidad inicial
remotísima, tengamos actualmente una diversidad de variedades tan extensa. ¿Seguirá
la ampliación en el futuro o se seleccionarán genéticamente las más adecuadas a
los retos comerciales globales?
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