viernes, 31 de enero de 2014

Uruguay, uno de los miembros más recientes del COI, duplicará su producción de aceitunas en 2014.

Hace diez años, cuando comenzó la nueva olivicultura en Uruguay había 500 hectáreas dedicadas al cultivo del olivo. En la actualidad son 10.000 hectáreas en todo el país, con un predominio de la zona sur. Muchas de ellas aún no han entrado en producción pues tienen menos de 5 años y por esa razón, el crecimiento importante se verá en los próximos años y se volcará al mercado interno y al mundo. 

La Asociación Olivícola Uruguaya (Asolur) tiene 108 socios. En época de cosecha ocupa entre 4.000 y 5.000 personas, y hay otras 1.000 afincadas en las fincas.

La mayoría de las plantaciones en Uruguay se han volcado a hacer aceite (el 98% de la producción se destina a aceite virgen extra) y ahora están empezando a aparecer algunos productores que están invirtiendo en la preparación de plantas para la producción de aceitunas de mesa.

Uruguay exportó 123.550 kilos netos de aceite de oliva extra virgen en 2013 por un valor de US$ 650 mil, según datos de la Asociación Olivícola Uruguaya (Asolur). En 2012, había colocado en el exterior 25.400 kilos netos por un total de US$ 125 mil, lo que prueba el avance de este de este negocio en la agricultura uruguaya. En 2013, el 73% de las exportaciones de aceite de oliva fue para Estados Unidos, el principal mercado importador de Uruguay y del mundo y  le siguió Brasil con el 15% de las exportaciones. 

Por otra parte, los uruguayos consumen 1,5 millones de litros de aceite de oliva al año, en su mayoría importado. Es decir, que los productores uruguayos apuestan directamente por la consolidación de las exportaciones dejando el mercado local a las importaciones.

Entre las  ventajas que tiene Uruguay para el cultivo de olivos podemos citar la de que el país se encuentra ubicado en una latitud semejante a la de la cuenca del Mediterráneo, principal zona de producción de olivos a nivel mundial. También posee una buena cantidad de suelos arenosos, pedregosos, con buen drenaje, que son de baja productividad para la ganadería y no aptos para la agricultura, pero indicados para el cultivo de olivo. Además, los costes de la tierra y de la manutención son relativamente bajos comparados con los precios internacionales en aéreas de producción con condiciones similares.

El manejo del olivo requiere una preparación mínima del suelo, control de malezas, podas periódicas y de mantenimiento. Esto facilita la incorporación del olivo a las actividades agropecuarias uruguayas; sin embargo, la falta de conocimiento de las poblaciones locales, fuente de la mano de obra, es percibido por parte de algunos productores como una dificultad a superar.

Actualmente, Uruguay pertenece  al COI (Consejo Oleícola Internacional) como miembro pleno, pasando a formar parte del grupo de productores más importantes, entre ellos la Unión Europea, los demás países del área mediterránea y de América.

Fuente: www.produccionnacional.com.uy/

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